viernes, 22 de noviembre de 2013

En España: de la ganadería industrial al modelo agroecológico



Colombia posee un registro de menos de 100 Ha en producción ganadera ecológica certificada, teniendo un potencial al menos de 20 millones de Ha en pastoreo. En este artículo conoceremos un modelo español que nos enseña las condiciones generales que debe reunir un ganadero para ser productor ecológico.

Por: Michael Rúa Franco[1] y Juan Camilo Rodríguez[2]

Para contribuir con ideas que permitan identificar oportunidades que pueda tener el negocio ganadero colombiano frente al mercado globalizado, desde la perspectiva de lo ecológico aplicado a la producción ganadera, presentamos este artículo sobre la experiencia de España, un país reconocido mundialmente por su acelerada evolución e industrialización en materia de agricultura y ganadería, pero también como uno de los más importantes productores de alimento orgánico en el continente europeo y en el mundo, a pesar de ser un territorio que posee menos de la mitad de tierra que tenemos los colombianos, para cultivar o explotar con fines agropecuarios y su inventario ganadero es cuatro veces inferior al nuestro.

La actividad ganadera como negocio en España, en relación con Colombia y otros países de la comunidad del trópico, se considera mucho más evolucionada debido al desarrollo que ha experimentado, especialmente notable durante el último tercio del siglo XX, por supuesto, muy presionado por el contexto de la comunidad europea en general, impulsado por los históricos eventos de las revoluciones industrial y verde, los cuales contrajeron deforestación, incendios forestales, mecanización de suelos con herramientas de arado, fertilizantes de síntesis y agrotóxicos usados para control de plagas y de “mala hierba” o malezas, y demás metodologías de agresión a la tierra, a la naturaleza y al entorno ambiental, que se conocen hoy como “prácticas o metodologías y tecnologías convencionales”. También significó la introducción de razas foráneas, importadas y con ellas el manejo del ganado en sistemas de confinamiento, entre otras.


España es uno de los más importantes referentes mundiales en producción ganadera ecológica.

En consecuencia, la estructura interna de la “cabaña ganadera española” ha variado mucho, e incluso, su propia composición debido al cruzamiento entre razas para obtener animales mestizos (cruces industriales). En lo que respecta al sistema de explotación o producción, en las ganaderías para ordeño se prefiere el régimen de estabulación. En las destinadas a carne, sean de raza autóctona o cruzadas con foráneas, se prefiere el régimen campero, aunque también completando la alimentación con pienso[3] (semiestabulación)1.

Algo muy similar, aunque bajo condiciones diferentes, sucede en Colombia. Tal vez en nuestro país no ha habido tanto desarrollo con la producción ganadera confinada, pero nuestras prácticas ganaderas están altamente regidas por lo convencional, lo cual atrae severas consecuencias negativas contra el negocio mismo, por lo que debemos aprender de la experiencia de la ganadería española, antes que vivir en “cabeza propia” el rigor del desgaste del ecosistema ganadero y del negocio.

Tan notables como ha sido la acelerada industrialización de la ganadería en España, también lo son las consecuencias negativas que todo ello atrajo sobre el entorno ambiental y la naturaleza. La industrialización del negocio ganadero español ha dado lugar a una transformación de los espacios ganaderos en el país3. El desgaste de la tierra explotada convencionalmente, tanto en sistemas extensivos como en los intensivos, ha sido bastante evidente, y las estadísticas lo constatan. Así es como cada vez hay más ganado (hoy España tiene 6,5 millones de cabezas bovinas cuando hace 60 años tenía casi la mitad), pero también hay menos tierra para uso pecuario en pastoreo (hoy son 11,1 millones de ha cuando hace 60 años poseía casi el doble), y ha decrecido notablemente el número de productores (hace 60 años eran aproximadamente 2 millones mientras hoy queda menos de 1 millón). Además, la agricultura en España ha desplazado a la ganadería, y esta a su vez ha deteriorado los bosques para convertirlos en pastizales, lo que es una de las causas para que haya menos área pastoreable, de tal modo que se podría decir que son los mismos ganaderos que al usar tecnologías de producción convencional han venido “cavando su propia tumba”.

La ganadería, y por supuesto también la agricultura, de forma industrial y bajo las prácticas convencionales, han arruinado las tierras, han contribuido notablemente a los procesos de “desertificación” (convirtiendo tierras fértiles en infértiles desiertos), y la escasa vegetación boscosa ha atraído problemas ambientales, entre ellos los cada vez más inclementes fenómenos del efecto invernadero y el cambio climático. Pero no solo eso, sino además, detrás de ello, problemas de salud pública, puesto que alimentos para consumo humano producidos convencionalmente afectan la salud humana al estar contaminados con residuos químicos (por la fertilización sintética), desechos de venenos (debido al uso de agrotóxicos como los herbicidas, insecticidas y pesticidas), sobrantes de medicamentos y otras sustancias (ocasionado por el control de parásitos y enfermedades o al empleo de anabólicos y algunos estimulantes de la producción tanto de carne como de leche), lo que en el mundo ha disparado los casos de cáncer, las enfermedades metabólicas, las disfunciones fisiológicas especialmente cerebrales, y los casos de infertilidad sexual, entre otras.

En Europa esto ha generado tal preocupación a nivel de la medicina y en cuanto a las políticas de salubridad (en animales como en humanos) y de protección y recuperación de los ecosistemas productivos y de la naturaleza y el ambiente en general, que cada vez hay mayor demanda en todo el continente por los alimentos no contaminados, a garantía de que fueron producidos bajo metodologías ecológicas certificadas, y también, claro está, ha crecido la oferta.

España es el tercer productor de la Unión Europea (UE), detrás de Alemania y Reino Unido, de alimentos con clasificación de “ecológico”, con certificado y sello que los avala como tal. Es así como este país se ha venido afirmando como uno de los más importantes referentes mundiales en producción ganadera ecológica. Pero, dadas sus limitaciones, ni aún reuniendo la producción total de todos los países europeos que le han apostado a este modelo, logran satisfacer la demanda, ni de Europa ni mucho menos de otros consumidores fuera del continente. Los países europeos son en su mayoría pequeños en comparación con Colombia, y además, bastante afectados por los efectos del cambio climático, luego, sus tierras para ganadería son bastante limitadas. Por eso, han venido explorando posibilidades de inversión en Suramérica, segundo mayor productor de alimento ecológico en el mundo detrás de Oceanía, que todavía tiene una producción incipiente.

Los europeos han venido explorando posibilidades de inversión en Suramérica, segundo mayor productor de alimento ecológico en el mundo detrás de Oceanía

En Colombia, la estadística reporta que según el censo más reciente, oficialmente hay registro de menos de 100 Ha en producción ganadera ecológica certificada, pero con un potencial para desarrollar al menos 20 millones de Ha en pastoreo, de los 39 millones que usa actualmente en ganadería en todo el territorio nacional.
Si se considera que la producción ecológica permite cargas de 2 a 3 cabezas por Ha en pastoreo, en caso tal de que Colombia decidiese tecnificar su ganadería bajo el modelo de ganadería ecológica, significaría que el inventario ganadero para producir alimento ecológico certificable estaría entre 40 y 60 millones de cabezas de ganado como mínimo (puede ser mayor). Esto sería 10 veces más del inventario total de ganado vacuno que hay en España (juntando ecológico y convencional). De aquí se puede deducir la capacidad que tiene nuestro país de convertirse en “una despensa para la humanidad” en cuanto a alimento ciento por ciento natural, más sano y saludable, puesto que sería libre de toda contaminación y sin necesidad de acudir al confinamiento, ya que la producción ecológica se hace a pastoreo, pero haciendo más eficiente el uso de nuestra tierra con su vegetación pastoril y optimizando el manejo del ganado, y sin requerir más que a una buena cerca eléctrica y tener aptitud de productor ecológico, con lo que se lograría que Colombia duplique o triplique su inventario ganadero actual, y así, consiga impactar muy positivamente el PIB nacional.

¿Cuáles son las condiciones necesarias para que Colombia pueda llegar a ser esta despensa de alimento ecológico?

Primero hay que dejar claro, que hay dos tipos de ganadero ecológico:

1.- El productor ecológico por convicción, para quien producir alimento ecológico (más sano y saludable) es lo que éticamente le corresponde, es consciente que aún si no le pagan más o mejor por lo que produce, de todas maneras es lo que quiere que consuman sus compradores, y así contribuye con la sociedad.

2.- El productor que opta por ser ecológico, persiguiendo un certificado que le de mérito para que lo que produce pueda ser sellado con una etiqueta que lo distinga como tal, y así poder pretender mejor precio para lo que produce, es decir, lo hace por negocio.

Claro que, en ambos casos, hay un beneficio implícito. Es decir, tanto al productor que lo hace por convicción, como para el que lo hace por negocio, hay una ganancia intrínseca, y viene del resultado de producir al mínimo costo (se reducen los gastos) y máxima eficiencia (se incrementan los ingresos porque sus tierras producen más).
Aprendamos entonces del modelo español o europeo las condiciones generales que debe reunir un ganadero para ser productor ecológico:

CONDICIÓN No. 1. Animales adaptados al ambiente
Seleccionar razas o estirpes adaptadas al entorno, resistentes a enfermedades, con preferencia (no significa exclusividad) por las razas autóctonas dado que ellas están adaptadas a las condiciones nativas. Aquí en Colombia podría ser muy fuerte dado que posee más variedad de razas criollas que cualquier país en el mundo, con 11 razas reconocidas como propias, además de material genético ya adaptado como Holstein criollo y la tremenda variedad de razas cebuínas tropicales.

CONDICIÓN No. 2. Nutrición lo más natural posible
La nutrición de animales adultos en producción ganadera ecológica se debe proveer a base de pastos y forrajes (idealmente al ciento por ciento); en su defecto, se puede acudir a forrajes conservados (heno, silo, entre otros), y a los balanceados (concentrados) siempre que no supere nunca el 40 por ciento de la dieta total, y con el requisito de que hayan sido producidos ecológicamente, dentro o fuera de la propiedad.

Entre tanto, las crías deben ser nutridas con leche natural, preferentemente materna (de su madre natural o de una nodriza), mínimo hasta su tercer mes de vida en bovinos, o mes y medio en ovinos caprinos.

CONDICIÓN No. 3. Crianza natural
Es indebido realizar prácticas de destete precoz, entendiendo esto como la práctica de reemplazar el ciento por ciento de la alimentación a base de leche materna por balanceados o aun por forrajes conservados (heno o silo), sin importar que estos últimos fueran producidos ecológicamente, desde la primera semana de nacimiento.

 Las crías deben ser nutridas con leche natural, preferentemente materna (de su madre natural o de una nodriza), mínimo hasta su tercer mes de vida en bovinos, o mes y medio en ovinos caprinos.

 Arborizar el terreno ganadero permite reducir la temperatura ambiental en las épocas de sequía, favoreciendo al ganado, la tierra, los pastos y los organismos vivos del suelo.

CONDICIÓN No. 4. Retiro total de insumos artificiales

Netamente inadecuado e indebido el uso de promotores o estimulantes del crecimiento y desarrollo corporal o muscular, o de la producción (antibióticos, coccidiostatos, medicamentos, hormonas o cualquier otro factor estimulante) porque causa alteraciones al sistema hormonal del organismo animal, aparte de que sus residuos en carne o leche pueden ocasionar problemas de salud al consumidor.

CONDICIÓN No. 5. Producción a libre pastoreo
Solo la fase de finalización en ceba de novillos, ovino caprinos y porcinos se podrá realizar en establos y nunca debe superar este tiempo 1/4 parte de su vida.

CONDICIÓN No. 6. Prohibido usar químicos y venenos
Anular totalmente el uso de agroquímicos y agrotóxicos, como fertilizantes o abonos de síntesis (sintéticos-artificiales no naturales), herbicidas, plaguicidas, insecticidas, pesticidas, fungicidas, entre otros.

CONDICIÓN No. 7. Reducir al máximo la agresión al suelo
Preferiblemente no agredir al suelo con herramientas de arado de ningún tipo. Esto rompe el ciclo del etileno, por medio del cual un suelo se hace fértil de manera natural a partir de los procesos biocenóticos (vida microorgánica), mediante los organismos vivos que habitan el suelo ganadero y descomponen los desechos orgánicos (hojarasca, ramas, frutos caídos al suelo, animales muertos, y muy especialmente las heces de todos los ejemplares que pastorean) y producen humus que es materia orgánica rica en nutrientes para el pasto y demás forrajes.


CONDICIÓN No. 8. Arborización
Arborizar el terreno ganadero, porque así hay una reducción de la temperatura ambiental en las épocas de sequía (aprox. 5 a 10º más bajo que donde no hay árboles), y esto es favorable para el ganado (sombra), pero también para el suelo (reciclaje de nutrientes), para los organismos vivos del suelo (el sol es su enemigo) y hasta para los pastizales (no se deshidratan por efecto de la radiación solar cuando hay épocas de intenso sol). Pero además, los árboles atraen fauna de múltiple variedad (aves, arañas, insectos, entre otros) que son depredadores naturales de otros organismos como moscas y garrapatas, por lo que se genera control natural de parásitos del ganado. Y, por supuesto, son retenedores de humedad y protegen aguas. Generalmente, los árboles regulan o equilibran el ecosistema.

CONDICIÓN No. 9. Medicina veterinaria homeopática y preventiva no curativa
·         Debe predominar la medicina preventiva sobre la curativa
·         Implementar razas rústicas, adaptadas, autóctonas
·         Alimentación adecuada y procedente de cultivos ecológicos
·         Acceso sostenido a pastos (a mayor pastoreo, mejor desempeño fisiológico como consecuencia del máximo confort y bienestar del ambiente natural)
·         Evitar sobrepastoreo (sobrecarga animal en pastoreo no controlado)
·         Evitar hacinamiento en corrales y alojamientos
·         Emplear productos homeopáticos, oligoelementos, fitoterapéuticos (extractos y esencias de plantas) que estén certificados
·         Solo para uso curativo usar medicamentos alopáticos, de síntesis química o antibióticos, únicamente cuando los productos homeopáticos no curen la enfermedad adquirida y siempre bajo responsabilidad de un veterinario
·         La enfermedad y su tratamiento se deben reportar de inmediato a las autoridades de control (el ICA en Colombia)
·         Si hay efecto residual de los tratamientos aplicados tanto en ganado de leche como de carne, para producción ecológica se deberá esperar EL DOBLE de tiempo de residualidad del sugerido por quien produce el medicamento
·         Si un animal es tratado más de dos veces el mismo año, se considerará contaminado (convencionalmente) y se debe manejar un retiro igual al que se maneja para conversión o reconversión (proceso para certificación ecológica) antes de vender sus productos como ecológicos
·         Cuando un animal es tratado frecuentemente con biológicos o naturales es porque no está adaptado y se debe retirar de la explotación
·         Solo deben ser tratados los animales enfermos o que se han identificado que son los más susceptibles. La prevención de enfermedades como se indicó se hace no por medicamentos sino por manejo, nutrición, genética, ambiente o confort
·         Si caen muchos animales enfermos a la vez es indicador de graves fallos de manejo o nutrición/alimentación, o que hay hacinamiento, o que los alojamientos no son aptos y están en condiciones deficientes, o que la raza no está adaptada, o hay desequilibrios en el ecosistema ganadero, por lo cual el manejo de la ganadería debe ser totalmente holístico. Si es reiterativo, una ganadería que ya fue certificada podría ser descalificada, y una que desea certificarse, pero no logra equilibrio, puede no ser certificada
·         Vacunas obligatorias sanitariamente a nivel regional o nacional están permitidas


Qué rico y sano es saborear una hamburguesa preparada con carne de ganados criados y alimentados bajo criterios  ecológicos.

Estos son parámetros generales, pero, dependiendo de cada unidad de producción puede haber otro tipo de condicionamientos específicos. Lo importante es que se pueda notar que ser productor ganadero ecológico no es nada complicado, tampoco es costoso, la mayoría de los requisitos son inherentes al manejo, y siempre se procura un máximo bienestar para los animales y para el personal a su cargo.

Finalmente, cabe mencionar que la producción ganadera ecológica es fácilmente aplicable y alcanzable de forma integral al aplicar tecnologías como el Pastoreo Racional Voisin (PRV), el Sistema Silvo Pastoril (SSP), y el concepto más novedoso es el de Granjas Ecológicas Polifacéticas (GEP), siempre que se cumplan las condiciones aquí descritas, y que en la implementación de ellas haya conformidad con los reglamentos, normas y leyes de producción ecológica que rigen en cada país. Puede ampliar información sobre estas tecnologías en: www.culturaempresarialganadera.org. Si usted, además, desea ampliar información al respecto de lo que aplica normativamente para Colombia, consulte la Resolución 0187 de 2006 del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural de Colombia (MADR), la cual consagra todas las disposiciones para obtener el certificado o el SELLO NACIONAL DE ALIMENTO ECOLÓGICO.

Bibliografía





[1] Zootecnista U. de A., Especialista U.D.C.A., Gerente General de Cultura Empresarial Ganadera Internacional, Presidente de la Asociación Bioganaderos - www.culturaempresarialganadera.org
[2] Comunicador social y periodista
[3] Pienso: Alimentos balanceados = Alimentos concentrados = Raciones mezcladas (TMR)

viernes, 8 de noviembre de 2013

Buenas prácticas garantizan productividad


Un buen ejemplo de organización y eficiencia se puede apreciar en la finca La Bohemia en Cerrito (Risaralda). Su propietario, Felipe Buitrago Sanínt, disfruta hoy de una ganadería más productiva y rentable.

Certificar un predio en Buenas Prácticas y, específicamente, en Producción de Carne y Ganadería de Cría, es una gran satisfacción y el resultado del esfuerzo de un ganadero que -con su equipo de trabajadores- creyó en las bondades y beneficios de este programa. Felipe Buitrago Sanín, presidente del Comité Cebuísta de Ganaderos del Centro, ostenta también el privilegio de haber sido el primer ganadero en el país en obtener la certificación de libre de brucelosis y tuberculosis.

Para iniciar este proceso, Buitrago debió tener presente varios requisitos que exige la autoridad sanitaria como es la higiene, sanidad, organización y manuales de funciones. Partiendo de estos aspectos comenzó su proyecto de certificación ( que no tiene ningún valor, por ahora) en coordinación con funcionarios del ICA, quienes le hicieron un permanente acompañamiento que lo llevó al éxito. En el momento de otorgar la certificación, otros profesionales hacen la evaluación y la respectiva auditoría.

Felipe Buitrago Sanint, propietario de la hacienda La Bohemia 

Con la certificación los predios no sólo pueden comercializar sus productos en el mercado nacional sino también en el internacional, pues es una exigencia para la importación de animales y subproductos que provengan de predios con una óptima condición sanitaria y de inocuidad.

En su caso, el camino hacia la certificación le permitió conocer un poco más su propia ganadería, La Bohemia. Durante este proceso se pudo dar cuenta de la importancia de organizar muchos aspectos de su explotación ganadera en todas las etapas de producción de la finca.

Todo en su lugar es la premisa inicial de este trabajo, porque en cuestiones económicas no cuesta más dinero hacer adecuaciones, lo importante es que se optimizan los procesos y eso se traduce en rentabilidad para el propietario del predio.

Se capacita al personal del predio en distintas áreas: sanidad animal, información sobre enfermedades y medicamentos; manejo de establos y pesebreras, bienestar animal, buenas prácticas ganaderas, manejo de alimentos, accidentes de trabajo, uso de formatos y bioseguridad. Así mismo, seguridad y riesgos profesionales,  socialización, integración y autoestima, entre otros.

Lo más dispendioso, según sus palabras, fue sentarme a escribir un manual de funciones para cada uno de los colaboradores de la finca: desde la persona que barre el corral, cómo recoge la boñiga, cómo coge la pala. Estos manuales de funciones se elaboran para cada labor y detalladamente: cómo ensillar un caballo, cómo bañar un animal, cómo limpiar las pesebreras, entre muchos otros”.

Todo esto es económicamente muy rentable porque está medido e indicado en los manuales y, por tanto, le permite al propietario del predio tener control absoluto sobre la finca. Los costos que requiera la certificación se revierten en beneficio del predio porque los procesos se mejoran.













El orden es fundamental para agilizar los procesos y lograr eficiencia.

Felipe Buitrago menciona que la decisión de certificarse la tomó rápidamente. “El proceso duró tres meses de comienzo a fin. Nuestro aporte a los ganaderos que deseen certificarse es facilitarles los manuales para que avancen en forma rápida en su objetivo”, dijo.

En Risaralda, la finca La Bohemia y otras más, que él asesora, están certificadas en Buenas Prácticas Ganaderas en Producción de Carne y Ganadería de Cría. Además, dice que están muy interesados en que los ganaderos de la región obtengan su certificación porque si cumplen estos requisitos se accede a más oportunidades de mercados y, por supuesto, a una mayor productividad.

Certificarse no es complicado hay que ser muy juiciosos y contar con personal  que esté dispuesto a afianzarse con la cultura de los procesos”. Menciona también que “una falla del ganadero es que no actualiza a su personal en nuevos conocimientos y tecnologías. Es importante capacitarlos en diferentes áreas como  seguridad en el trabajo, sanidad animal, tener escrito el plan sanitario de cada ganadería y cumplirlo. Aquí lo esencial es que al poseer los manuales, en caso de que un empleado se retire de su trabajo, el que lo remplace pueda hacer sus funciones sin ningún problema”, manifiesta.

Ventajas y dificultades

Sobre las dificultades del proceso, Felipe Buitrago menciona que en términos de los requisitos que exige el ICA, la mayor dificultad fue organizar  la cantidad de cosas que se acostumbra a amontonar en la finca y que ya no se usan como tablas, cartones o equipos mecánicos inservibles. “Estos deben estar almacenados en una bodega, hay que acostumbrarse a que cada cosa tiene su lugar en forma organizada”.


Buitrago les recomienda a los ganaderos certificarse, además resalta que este no es un asunto de grandes inversiones porque los cambios que requiera la finca se hacen con los materiales disponibles en ella, la disposición de las basuras (vidrio, papel, plástico y desechos orgánicos) es un buen ejemplo, los recipientes ya los venden en el mercado pero el dueño de un predio puede buscar cuatro canecas de pintura debidamente marcadas que sirvan para el efecto.
Sobre las ventajas de la certificación Buitrago Sanín dice: “primero, se cumple con los requisitos que en algún momento se aplicarán a todo el mundo. Segundo, la comercialización va a ser más fácil, cuando crucemos las fronteras; y tercero, lo más importante, se optimizan los procesos y eso se convierte en dinero, porque se racionaliza el gasto”, concluyó.
La certificación hacia el futuro será masiva, tal como sucedió con las de aftosa y brucelosis, y eso es positivo para todos.

Ejemplo práctico

Protocolo de aseo: área de corrales, bebederos, comederos y sus  alrededores

El presente protocolo debe ser correctamente aplicado en los tiempos establecidos en el protocolo.

OBJETIVO:

Disminuir los diferentes agentes contaminantes que pueden poner en riesgo la salud de los animales de la hacienda, mejorar la seguridad de los operarios y disminuir la carga bacteriana presente en el medio ambiente.

  • ENCARGADO: Establero
  • SUPERVISOR: Mayordomo 
  • EQUIPOS DE BIOSEGURIDAD: Con el fin de velar por la bioseguridad de los operarios se les exige el uso de :botas, guantes y tapabocas
  • MAQUINARIA, EQUIPO Y HERRAMIENTAS: La maquinaria, el equipo y las  herramientas a utilizar son:escoba, pala, bugí, cepillo, hipoclorito, yodo, bomba (fumigadora)y limpia- telarañas. 
  • FRECUENCIA: Todos los lunes con una intensidad horaria de 120 minutos y el estiércol recogido será llevado a los potreros para ser fertilizado orgánicamente. 






viernes, 1 de noviembre de 2013

Parámetros de importancia para el establecimiento de una pradera en condiciones tropicales

(Parte II)

Por Raúl Rojas Cortés
Zootecnista U.N.
Gerente Técnico de Forrajes. Compañía Agroindustrial de Semillas.



Para lograr una pradera con buena producción y una larga vida útil, hay que comenzar por brindarle las mejores condiciones al establecimiento. Una vez logrado esto, hay que darle un buen manejo que comienza con los días al primer pastoreo e incluye todas las prácticas culturales.

En el artículo anterior se trataron algunos aspectos generales para tener en cuenta en el establecimiento de praderas y se hizo énfasis en la importancia del conocimiento del suelo ganadero, principalmente, en el trabajo físico que se le debe realizar a este para lograr praderas productivas, de buena calidad, de larga duración y a la vez tengan una mayor eficiencia en la rentabilidad de las explotaciones ganaderas.

En esta oportunidad se va a profundizar en el protocolo para el establecimiento de praderas con el propósito de que los ganaderos e interesados tengan una guía cada vez que vayan a establecer una pradera ya que es difícil contar con una fórmula específica, pues cada finca es única y las labores que se requieren son diferentes según las necesidades particulares.

Protocolo

Antes de hablar de los diferentes pasos para el establecimiento, debemos recordar que la mejor época para esta actividad es al comienzo de las lluvias, pues las plantas en sus etapas iniciales son muy susceptibles a la falta o al exceso de humedad y para lograr el éxito en el establecimiento se debe contar con humedad constante (ni exceso, ni deficiencia) durante los primeros 45 días. Para esto hay que tener aguas lluvias ya que con el riego es muy difícil y costoso lograr un óptimo resultado.

Es importante seguir los siguientes pasos para alcanzar las metas propuestas:

1. Medir e identificar los potreros: en la mayoría de las fincas ganaderas no se cuenta con la medición exacta de los potreros, por esta razón se dificulta la recomendación de las dosis de fertilizante y de semilla ya que se puede usar un producto (fertilizante o semilla) tanto en deficiencia como en exceso, además es importante llevar una hoja individual por potrero donde se registren todos los eventos que acontecen en éste, como entrada y salida de los animales, aplicación de insecticidas y fertilizantes, producción de forraje, entre otros. La medición se puede hacer con un decámetro o en la actualidad con el uso de un GPS es fácil medir, además, se debe tener un mapa de la finca.

2. Realizar un análisis de suelos: lo que se busca con este es establecer el nivel de los diferentes elementos y parámetros para poder realizar las recomendaciones de fertilizantes y enmiendas acordes con las necesidades del suelo; por esta razón, hay que hacer una buena toma de la muestra para que la confiabilidad de los resultados sea alta. Es necesario apoyarse en el laboratorio y en un asesor técnico capacitado para lograr la mejor interpretación de la información. Así mismo, solicitar al laboratorio un análisis completo para tener más herramientas de evaluación en la finca.

3. Control de arvenses o malezas: se debe hacer al comienzo, pues en este momento las plantas están en crecimiento y no logran competir con una maleza o arvense ya establecida. Generalmente, las malezas son más rústicas que el pasto que se va a sembrar, por tanto, es importante tener en cuenta que si las poblaciones de las plantas no deseadas no son muy altas no es necesario hacer el control y más aún, si se trata de una arvense que los animales la consumen; sin embargo, hay que tener en cuenta qué tipo de arvense es, ya que a pesar que exista una baja población en el potrero, esta puede ser muy agresiva y multiplicarse fácilmente.

Lo importante es lograr una buena densidad de plantas del forraje que se está estableciendo, para que una vez se logre, competir con las arvenses o malezas.

Para efectuar este control se puede hacer con un herbicida, manualmente, con pala o barretón, pero hay que tener en cuenta que en el suelo pueden quedar semillas que están en dormancia[1] y van a germinar con el tiempo.

4. Realizar trabajo físico del suelo: esta labor es muy importante para lograr un óptimo establecimiento y una larga vida útil de la pradera; si no se hace una buena aireación, buscando mejorar la porosidad y la retención de humedad en el suelo, difícilmente los forrajes van a poseer una buena producción ya que no van a tener un buen enraizamiento, anclaje y toma de nutrientes. Para esta actividad se puede usar un arado de cincel o un renovador de praderas (labranza vertical), lo importante es que el suelo no esté ni muy húmedo ni muy seco y hacer el pase en el mismo sentido de la inclinación del potrero. Si éste tiene problemas de encharcamiento, que pueda drenar y si se trata de uno muy seco, que pueda retener la humedad.

Con el propósito de obtener los mejores resultados es aconsejable apoyarse en un asesor técnico experto en el tema, ya que si el procedimiento no se realiza adecuadamente se puede afectar la producción forrajera.


 No dejar el suelo ni polvoroso ni terrones grandes

5. Incorporar enmiendas y terminar de preparar el terreno: la preparación del terreno se puede hacer con una rastra, rastrillo, rotovator y se debe aprovechar esta preparación para la incorporación de las enmiendas de acuerdo con los resultados del análisis de suelos. El número de pases depende del equipo que se va a utilizar y del tractor, lo importante es no voltear el suelo y que este no vaya a quedar con terrones muy grandes ni muy polvoso, sino con terrones de 1-2 cm. de diámetro. Hay que tener en cuenta que los dos extremos ocasionan pérdidas de semilla y fallas en el establecimiento de las praderas.

Los puntos 4 y 5 se pueden usar fácilmente en terrenos mecanizables, pero para los no mecanizables se debe limpiar muy bien el terreno con guadaña o machete para lograr exponer el suelo y así lograr que la semilla que se va a sembrar tenga contacto con el mismo. Lo más importante es evitar al máximo las preparaciones de terrenos con quemas (fuego) y deforestación ya que estas deterioran la productividad de los suelos y afectan los ecosistemas.


 Limpiar el terreno con machete o guadaña

 “Debemos recordar que el alimento más económico que les podemos brindar a los animales bovinos es el forraje producido en la finca. Las praderas se deben manejar como un cultivo”.

Para este tipo de terrenos se recomienda sembrar plantas con crecimiento decumbente que pueden evitar la erosión de la ladera, usando el método de siembra a chuzo. Es recomendable no sembrar plantas con crecimiento cespitoso o en macollas como las guineas.

6. Regar la semilla y taparla: en este paso se busca obtener una buena cama para la semilla que se va a establecer procurando que no vaya a quedar muy profunda, ya que esto afecta el establecimiento, porque pueden haber plántulas que se mueren o que les cuesta salir a la superficie atrasando el desarrollo de la pradera, dándoles cabida a las malezas para que se establezcan.

La profundidad ideal de siembra con semilla sexual es de máximo 2 cm. Tanto para el tipo de siembra con semilla sexual o con material vegetativo, la semilla tiene que tener un buen contacto con el suelo.
 Se deben evitar al máximo las quemas, especialmente en terrenos mecanizables

Para tapar la semilla se pueden usar unas ramas o cadenas unidas al tractor y si después de tapar la semilla el suelo queda muy suelto se puede usar un cilindro no muy pesado (excepto en suelos arcillosos) para lograr la profundidad ideal y hacer una pequeña compactación con el fin de que las plantas tengan un mejor anclaje.

La cantidad de semillas a utilizar dependerá del tipo de forraje que se va a establecer, por esta razón, se deben averiguar las características del material con el propósito de determinar la densidad de siembra a utilizar, asegurándose de comprar una semilla de buena calidad y no la más económica del mercado, que generalmente no es la de mejor calidad.

7. Aplicación de fertilizantes (Fertilización Inicial y de Mantenimiento): al establecimiento de la pradera es necesario la aplicación de fertilizantes con el fin de nivelar químicamente el suelo (Fertilización inicial) y luego devolver a este lo que las plantas están extrayendo en cada pastoreo con el uso de la fertilización de mantenimiento, todo esto basado en el resultado del análisis de suelos que permite hacer un uso racional y eficiente de los fertilizantes, teniendo en cuenta que cada día el costo de estos es mayor pero también entendiendo que no pueden dejar de usarse por bajar costos, pues la productividad de las praderas no va a ser la más alta, afectando la rentabilidad de la explotación.

 

 Semillas profundas afectan el establecimiento de la pradera, ya que hay plántulas que se mueren o puede atrazan el establecimiento.

8. Control de plagas: este se debe realizar si está causando daños realmente importantes, de lo contrario, es mejor evitar al máximo el uso de insecticidas ya que estos no solo acaban con lo insectos que están ocasionando el daño sino también con aquellos benéficos, desestabilizando las poblaciones y trayendo como consecuencia la proliferación de las plagas. Por esta razón, hay que apoyarse en un técnico que tenga experiencia en el manejo de plagas en forrajes con el propósito de ocasionar el menor daño posible en las diferentes poblaciones de insectos benéficos.

Estos insectos plaga ocasionan retraso en el establecimiento de la pradera, pero si el ataque es fuerte provocan un porcentaje alto de plantas muertas, impidiendo el desarrollo del forraje que se va a establecer.

Dentro de las plagas que más daños causan en el establecimiento de las praderas se encuentran:

Hormiga (Atta y Acromyrex), además de ser comedora de follaje, se lleva la semilla.

Chinche de las raíces (Blissus sp.), este insecto es chupador en las raíces y bases de los tallos causando la muerte de las plantas.

Grillo (Schistocerca nitens) comedor de follaje.

Gusanos (Spodoptera frugiperda, Agrotis ipsilon) comedores de follaje.

Una vez se realiza todo el proceso de siembra es importante tener en cuenta algunos cuidados con el fin de garantizar el óptimo establecimiento de una pradera.



El grillo es comedor de follaje
  
Cuidados después de la siembra

Antes de mencionar los cuidados es importante tener en cuenta los siguientes requerimientos para la germinación de una semilla: una membrana permeable, buena humedad, temperatura favorable (a medida que aumenta la temperatura del ambiente el poder germinativo de la semilla disminuye), suficiente cantidad de aire (anoxia, por profundidad o encharcamiento). Es necesario controlar estos factores para lograr un óptimo establecimiento.

Algunos de los cuidados que se deben tener en cuenta después de la siembra son:
1.      Humedad constante por lo menos durante los primeros 45 días. No encharcamiento.

2.      Control de malezas con aplicación de herbicida localizado o con machete, pala o barretón. (20-30 días después de la siembra).

3.      Si es necesario hacer control de pájaros con pajareros, insectos o plagas con aplicación de insecticida. Para esto es importante monitorear día por medio la siembra, al menos durante los primeros 20-30 días. 


Para lograr una pradera con buena producción y una larga vida útil, hay que comenzar por brindarle las mejores condiciones al establecimiento.

Generalmente, cada vez que hay problemas en el establecimiento de una pradera la culpa es atribuida a la semilla, pero como se ha mencionado y como veremos a continuación, son múltiples los factores que pueden impedir el éxito de la siembra y la buena formación de la misma. Por esta razón, hay que conocer y analizar cada uno de estos aspectos con el fin de controlarlos en la medida que se pueda y así lograr el éxito en el establecimiento de la pradera, asegurándose, en primer lugar, en la obtención de una semilla de buena calidad.

Fallas en el establecimiento de una pradera

Mala calidad de la semilla, sequía (pocas lluvias y luego verano), semillas superficiales (calentamiento de la primera capa), semillas profundas (semillas que no pueden emerger), altas temperaturas en la capa del suelo, rayos de sol directos, escorrentía, capas endurecidas (suelos pesados, sin estructura), falta de contacto con el suelo, excesos de preparación del suelo y densidad de la siembra.

Fallas después del  establecimiento

Un pH inadecuado, baja fertilidad del suelo, mal drenaje, sequía, competencia con otras especies (Arvenses), ataque de plagas o enfermedades, mal manejo de control cultural (Herbicidas) y del primer pastoreo.

Para lograr una pradera con buena producción y una larga vida útil, hay que comenzar por brindarle las mejores condiciones al establecimiento. Una vez logrado esto, hay que darle un buen manejo que comienza con los días al primer pastoreo e incluye todas las prácticas culturales como la rotación de acuerdo con el material forrajero que se sembró, el sistema de pastoreo, la fertilización con base en el suelo y el forraje sembrado, control de plagas y arvenses (si es necesario), aireación periódica del suelo, entre otras.

Si tenemos en cuenta todos estos factores desde el momento de pensar en establecer una pradera, tendremos una de buena calidad, cantidad, duración y, lo más importante, un precio de kilo de forraje producido en la finca muy bajo, dando como resultado un costo de litro de leche o de kilo de carne producido a muy bajo costo y con una buena rentabilidad en la explotación.

[1] La dormancia es un impedimento fisiológico o físico que provoca una tardanza en el proceso de germinación durante un periodo de tiempo; es una defensa natural de las especies que no permite o dificulta que la semilla germine en un periodo en que las condiciones normales de su hábitat natural no son propicias para el desarrollo de la planta. Hay semillas que pueden permanecer en dormancia una semana pero hay otras que pueden tener hasta 200 años.